“Aprendí a ver las cosas de otra manera, me entregó herramientas que nunca pensé. Pasé de creer que mi vida ya había llegado a su final a tener metas y esperar algo mejor para mí. Si antes no me levantaba y ni siquiera comía, hoy llegué al punto de integrar mi alimentación y aseo como un autocuidado para mi salud tanto física como mental. A largo plazo tengo tantas metas que no puedo nombrar todas, pero si sé que las estrategias y sistemas que aprendí me ayudarán como lo han hecho hasta ahora después de más de 1 año y 6 meses de alta.
Es extraño dar este paso, pero cuando lo haces sabes que estás haciendo lo correcto para ti. Vamos a un médico cuando nos quebramos un brazo, pero llegamos a la terapia cuando tenemos gran parte de nuestra salud mental con gangrena, si por algún momento pensaste que puedes necesitarlo… anda, te ayuda desde las cosas mas pequeñas hasta las que no te dejan dormir tranquila”.

“Comencé la terapia cuando recién había descubierto que lo que yo tenía era un trastorno ansioso. A la Cata me la recomendó la psicóloga de mi hijo y al conocernos me gustó su enfoque más resolutivo en torno a mi situación, entonces siento que hizo que mirara la vida con más esperanza, aceptando lo que me pasa y con más herramientas para vivir mejor.

Me he sentido muy acompañada en todo mi proceso de empezar a tomar medicamentos y conocerme de nuevo. La Cata me ayuda a entender que no solo los medicamentos están haciendo la pega, sino que estamos armando una cajita de herramientas y amor propio, para que cuando vuelva a ocurrir ya sepa afrontarlo mejor. Hoy veo mi vida con esperanza, con más confianza y con gratitud. Me gusto mucho hoy. Si alguien tiene miedo o dudas, solo tiene que conocer la calma, la confianza, la empatía y la sabiduría de la Cata, que tiene la magia de hacerte sentir que eres capaz”.