Hay un rol poco reconocido que es el de ser la gerenta de la casa (escribo en femenino porque soy mujer, y si bien los datos muestran que la mayor parte de la carga doméstica y de crianza se la lleva la mujer, obviamente no es exclusiva de ésta ni debiese serlo tampoco). Ey, es una pega pensar en horarios, supermercado, horas al pediatra, qué hacer de comida, etc. Si sumamos esto a los otros ámbitos de la vida (trabajar, vida social, deporte, ocio, etc.) podemos terminar sobrepasados, estresados, irritables, sin tiempo personal, con falta de energía, entre otras cosas.
Si es que vives con otra persona, puedes ir más al fondo y preguntarte, ¿Quién te designó gerente? Quizás dictatorialmente asumiste el rol; o quizás pensaste que estaba vacante y nadie más lo tomaría asique “tuve que hacerme cargo” (la resignación pasiva me lleva a enrabiarme y a resentir al otro, ¿a alguien más le pasa?). Si estás bien asumiendo este rol, todo ok. Pero si estás sobrepasado, transfórmate en un líder del siglo XXI :
1. Registra la “descripción de cargo”: has una lista detallada de todas las tareas y funciones que implican este rol.
2. Hazte de un “equipo” de trabajo: pueden co-gerenciar o también puede haber un único gerente quien delegue tareas, definiendo en conjunto quién se encargará de qué. Hacerlo en conjunto puede contribuir a un mayor compromiso hacia la tarea.
3. Visibiliza qué es lo que sí hacen los otros miembros de la casa y refuérzalo: ellos también quieren ser reconocidos en sus labores y a todos nos gusta recibir feedback positivo cuando nos esforzamos.
4. Ojo con las formas de decirlo: el otro quizás no sabe que estoy sobrepasada por lo que quizás ni si quiera ha pensado que necesito delegar; démosle el beneficio de la duda.
* Bonus: si vives con alguien y no te sientes “gerente” de la casa, puedes indagar si algún miembro de la casa sí se identifica con este rol, y si es que se encuentra sobrepasado puedes ofrecerte a colaborar.